sábado, 21 de mayo de 2011

Me gustas democracia... pero estás como ausente.

Cada día me levantó con nuevas esperanzas de encontrar en mi bandeja de entrada el sitio de Internet en donde señalen a los culpables de la estafa social en que vivimos; en éstos días aquella búsqueda me ha llevado por las orillas de las carreteras, contando pasos, esperando un carro y descubriendo las afluentes del Danubio, mientras miro que las nubes se pintan para la mirada con el tono de la fe, que es de un color más fuerte y desconocido que el de la esperanza, porque la esperanza es humana, por eso la busco en las palabras de mi compañero de cuarto cuando estoy con él y dejo los cobijos de la luna y la vigilia del sol, con tal de mantener la fe y buscar a la esperanza en los lugares más reconditos del hombre: en una desganada fiesta de hoy, en los bares ruidosos con platicas ininteligibles, en monólogos desentendidos con hambres de coloquios o desde una llamada instintiva desde el celular, mas luego de buscar por muchos lados, terminó de nuevo mis indagaciones con el día, mirando la pantalla que apunta hacia algún sitio del Internet.

Ayer por ejemplo, dí con la página de la presidencia de la republica Méxicana, porque pensé que era un buen lugar ya no para indagar su búsqueda, sino para saber si nuestros suelos eran fértiles, si acaso encontrará la semilla de la esperanza en algún otro sitio, revise el barco de la presidencia y encontré un capitán y dos tipos de corridos musicales, el autor del artículo es Alejandro Poiré y habla en un apartado sobre el narcocorrido y los Tigres del Norte, en el texto Alejandro afirma que los versos que se cantan en aquella música norteña, incitan el desorden social y la decadencia, mas hasta aquí termina su aclaración porque Poire no propone ningún tipo de nuevo verso en donde se pueda educar a través de la música; los Tigres del Norte se deslindan recientemente en una entrevista de toda culpa, y ofrecen a otros las muertes que ocasionan los neófitos de Pablo Escobar y Miguel Ángel Félix Gallardo, al final del reportaje el grupo musical propone que las letras de los narcocorridos se regulen y vuelvan a ser como lo fueron antes. Seguro que este tipo de regulación musical a la antigüita como propone Jorge Hernandez, no caería bien a los intereses que manipulan el narcotráfico en México y el mundo, porque George Soros, el grupo Inter-Alpha y lo demás financieros que embaucaron a México y el mundo en ésta guerra de identidades, no quieren regulaciones a la antiguita pues prefieren el sustento de las denigraciones millonarias que canta el reggaetonero, con tal de justificar las habladurías violentas y a la moda, profanando luego los ritmos africanos del rap y el hip-hop. ¿Será que Alejandro de Poire intenta bailar a ritmos de Javier Krahe?


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