En Rumanía también conocen las necesidades del tepache y los procesos de su fermentación, solo que a falta de piñas, cactus y mazorcas, la naturaleza les dejó el tomillo, los árboles de mirabel, las achiocarias y ciudades estampadas con campos repletos de dientes de león.
La bebida en cada tierra adquiere nombres diferentes, pero el proceso es el mismo: uno sale en busca de la planta, la ojea entre los matorrales malignos que se posan junta a ella y luego se recolecta, embutiendo las partes caritativas en una bolsa separada y desechos tóxicos en otra; aunque nunca falta el que satura su bolsa y ajusta todo tipo de paja dañina, con tal de simular una buena sesga y cambiar su pérfida mercancía por recursos tangibles, desfalcando la cosecha del futuro. Mas por muchas que sean las artimañas que se ejecuten, al final del trabajo, los resultados de ambos horticultores salen a relucir cuando se fermenta la recolección de sus mieses, aunque el tiempo de fermentación varia, y es imposible determinar con exactitud cuando se completará la descomposición que destila los viejos frutos de los nuevos: acto que los campesinos y el pueblo entero esperan con muchas ansias desde hace años, con tal de disfrutar el sabio néctar que sus antepasados espigaron con esmero y cuidado.
En nuestros campos Hispanofonos llevamos siglos aguardando a que fermente de nuevo el néctar de las bellas horticultoras, las que llevaron el mote de Vascongadas. El pasado 15 de Mayo nos dieron una señal, pues la ausencia de oxigeno y la cohesión de levadura tuvo tal concentración y adherencia en las ciudades españolas, que el fruto ideado por Tata Vasco de Quiroga en suelos americanos parece ya brotar en los solares europeos, el desarrollo del fermento todavía no se detiene, ¡pues se cuenta que ahora viene Pedro! , ¡sí! , Pedro de Campomanes, e irá de nuevo a Francia para ejecutar la separación de los desechos tóxicos de las antiguas mieses en una bolsa separada, pues bien se sabe que por todo territorio Hispanófono se están expandiendo las mismas voces entre los campos de larga sequía, esperando desde antaño una buena cosecha - oí que se ha convocado al Cardenal Italiano Giulio Alberoni para que otra vez lance su bendición en el huerto de
¡De nuevo
¡Para acotar en nuestra lengua la ley Glass-Steagall !
hey he hola espero y estes bn primo saludos
ResponderEliminarte espero en mi pagina ok bye