miércoles, 10 de julio de 2013

Plan Educacional.



Un Plan Educacional.

Si existen tiempos para poder diseñar un nuevo sistema de educación a través del Internet son principios de ésta búsqueda las letras aquí puestas, ello lo llevo con un lenguaje interno que trato de mantener día a día. El plan educacional que diseño es algo sencillo aunque requiere de toda la seriedad necesaria.
Como es sabido todo día comienza en las noches desde que se monta el primer sueño, así que trato de no perder mi pensamiento nocturno y antes de acostarme acomodo una hoja en blanco y una pluma, de preferencia negra, raros días tomo la pluma azul porque la encuentro a ella para cosas más sutiles, luego coloco el cuaderno cerca de mi almohada y la pluma en el escritorio, ahí cuando despierto y cuando me duermo la puede alcanzar la voluntad de un ,este acto es el primer esfuerzo mañanero, tomar la pluma y escribir un sueño, un recuerdo o plasmar el pensamiento en un estado de letargo. Si molestas a alguien con la luz, coloca una vela pero prepara calmadamente desde la noche. Para el tiempo de escribir he calculado necesario un tiempo estimado de media hora, porque nunca se sabe cuando llegará un buen sueño o cuando el sueño se volverá pereza e impedirá cualquier levantamiento.

Ahora lo que intentó hacer es escribir una novela entre esas levantadas y lo que hago es lo siguiente, captar un momento que plasme la personalidad de cualquier persona que haya encontrado en el día, esos fragmentos de carácter que se encuentran en la facultad histriónica de cada persona: de lo que se trata es de impregnarse de todos los gestos del día, colocarles una mascara y asignarle a todos un solo nombre.

Así fue como nació Nayeli, quien con el ritmo de los días adquirió una gama de hábitos y vicios que me fueron desconocidos, varias semanas dormimos juntos y nos levantamos al son de la pluma y el papel, hasta que un día se aburrió de sólo existir en las noches y en las mañanas, se fastidio de mí y salió a buscarse por sí misma su compañía, al principio nuestra separación fue triste pero después de un sentimiento de hilaridad me invadió  una razón desconocida, sentí más libertad para pensarla y hablar sobre ella, noté día a día que desde que se fue Nayeli de mí podía comprenderla  mejor. Siete días pasaron y seguí escribiéndole a Nayeli, una relación de remitente y destinatario comenzó y yo no deje nunca la cosecha diaria de ademanes, guiños, tics, posturas y todo tipo de aspavientos que encontraba en los campos de la cotidianidad,  aquellos antiguos terruños en los que se creó  Nayeli, y así fue que nacieron mis primeras dos libretas paralelas, la primera para escribirle a Nayeli y la segunda para transcribir los sueños y recaudar las vivencias ajenas. En este ritmo cíclico de vástagos que se vuelven advenedizos, nació la nueva Yeneli, el fuerte Semankak , Amancio el burdo, el Señor Feroa, Don Dracó el retorico.







Cada día me doy cuenta que en media hora uno puede decir muchas cosas y más cuando la mente se encuentra fresca, como en las mañanas o ya vacía como antes de acostarse, para hacer efectivo el tiempo solo es cosa de hilarlo y no dejar de escribir; yo he comprobado que sí la primera redacción empieza con líneas coherentes normalmente el día lo voy hilando de la misma forma. Hoy me he propuesto leer el libro seis y siete de la República, luego continuar con el cuento que escribo para mi buen hermano el Chicho. Claro que estas actividades las realizo en compañía de la ecuanimidad, desde una sala de lectura y con las providencias del Internet y para esto de la red también tengo mis métodos de operar; empiezo con la lectura diligente de la mañana, ella siempre bajo la técnica caminante del peripatético, andando con libro en mano y leyendo a los cuatro vientos, esto es mejor cuando se aplica por las calles porque se tiene la ventaja del paisaje y la plática inesperada, mas uno se encuentra con que a veces es trascendente un mapa, un diccionario, la enciclopedia, o lo que es todo el Internet, mas el ejercicio de una caminata el cuerpo lo agradece, pues de veras que es cansado pasar las horas sentado o fijando la vista en los encierros del ordenador, y desafortunadamente todavía como de manera intencional no se invierte para desarrollar el holograma de un mecanógrafo con el que se pueda deambular mientras se anda por las sendas de un bosque, escalando una gran piedra, o hasta una infiltración de la red inalámbrica en la plena profesión que ejerce el buzo, mientras busca, anota, clasifica y verifica todo lo que es debajo del mar. Este ejercicio es peligroso porque si se intenciona para desajenar el hombre de sí mismo y de con los de su especie puede ser en mayo perjuicio que de provecho,  pero ya es necesario que el hombre comience de nuevo a caminar y dejé las jorobadas computadoras, será las siguientes generaciones quienes ejercitarán más que sus dedos cuando se encuentre en el ordenador, porque en aquellos tiempos será de admirar a quien ejercite siete horas diarias de Internet, pues irá ejecutando exactos tecleos al aire con sus tronco, perineo y el baile mismo del aurea, cerrando y abriendo ventanas con los miembros, ojos y señales de cabeza; el tiempo para esto parece lejano pero si toda nuestra Galaxia está ya cambiando no veo porque nosotros nos mantengamos fijos en el ordenador, sin querer educar la conciencia corporal y su libertad ilimitada.



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