domingo, 23 de octubre de 2011

Y mientras llega Robin Hood para éste viernes...

Anthony Wile y Lyndon Larouche discuten todavía sobre cómo y cuando fue que nació la economía, que si en uno de los altos vuelos se le escapó una mariposa mercantil a Tomas de Aquíno en algún papel de los hoy llamados fonmisianos [1]; que si más bien fue Godofredo Leibniz quién colocó más tarde a ciencia lo que la sociedad ya era y exigía mas · para quien sepa lo que busca· vaya por esos nombres, que allí en el ponto de la red andan los dos, charlando en el mismo barco, a platicadas ágiles y acciones ocultamente al descubierto en Internet, enmarañadas porque aún no se completan, y claramente a favor de la inexistencia de la tóxica corriente del centralismo bancario, ruinoso y naufragundo , ambos viajan con las ondas del espíritu y sus tiempo, confluyendo para ocupar las mentes de los que hoy estamos ocupados en las calles, unos más ignorantes y otros menos indignados: y aquí entre nos, os digo un secreto: N-1 éstos dos, Antonio y Lyndon, son amigos sin saberlo, enemigos por ignorarse y a sabiendas, porque a Larouche y Wile un austriaco que iba en la misma nave no hace mucho que los engañó; pasando otro tanto después se reconciliaron, cuando el ojo de la tormenta financiera aclaró el donde de la crisis, librándose ambos del peligro de tergiversarse en pareceres, dejando muy atrás con el discurso de otras aguas la Isla Smith, que es de entre todas las que van para esa ruta, la que guarda la Riqueza de las Naciones que bogando van sobre ese rinconcito del océano; por esos abundantes y mágicos motivos muchos ahí se detienen harto tiempo, otros caen en la codicia, y los demás criticándola se enojan, terminando ahogados en vanas forcejadas a la orilla de la Smith, la isla de ricas arenas y bajo mar. Mas el perdón que llega con el horizonte de los siglos, definió que el imperio romano hoy opera en la City de Londres y Wall Street, que si Larouche y Anthony Wile no se hablan, es porque se entienden ya, pues ambos esperan echar la fusión de un vapor cuantitativo para que la sola embarcación del siglo acarreé a casuales tripulantes y a fieles colaboradores hacia la economía libre y física, la respuesta escondida que la humanidad anhela... palpando por fin los líquidos frescos de la Libertad…

-¡shhh silencio!... se escucha alguien, están hablando cerca, adentro, a tus espaldas:

“¡Atentos todos para antes de éste viernes!, porque dicen que no llega el prometido Peter Pan, sino que al son de un recorte presupuestal viene de justicia disfrazada Robin Hood, con cuencos para legalizar y cobrar los crímenes a peso, llenar las canastas de los pobres con papel, quedar bien con fugitivos, y en mejores confusiones con los de la acampada del noventa y nueve por ciento, en fin, con miras de ocultar los pasos de Farage, Kaptur y otras más hacia una Glass-Steagall Global.”

¡Y a todo esto y otros nombres, a nosotros del PRD que nos interesa!, que se desquebraje Inter-Alpha hasta que se haga pedacitos en omegas, si somos nosotros en México los que estamos viviendo el mal de males, la ausente convicción con salvajes evidencias, la mayor fumigada que ésta corriendo ahorita, a la hora de la hora, echándonos pacá las ratas de todo el planeta... ¿a mi me vienes a decir que este atento, porque para después del viernes llega el londinense Robin Hood?... ¡querido nuestro, partido tuyo y benditos los que aún se atreven a hablar por todos!, ni economistas somos aquí ni nos interesa: ¡que caiga Don Bernardino y Arguijo, que regresé la soberanía de la patria, que nacionalicen la banca y saquen a luz el PHLINO, pongámonos pues todos a trabajar!.


[1] Entiéndase ésta metátesis como genitivo de Ludwig von Mises: y como aún lo permite la libertad del autor con más diversión que fino provecho, téngase en cuenta la ósmosis que ya viene desde el renacimiento del idioma español, porque aunque somos menos del noventa y nueve por ciento, nuestras lenguas están trocando en asambleas las mieles de las otras, y entre las del mundo occidental sí somos más.

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