sábado, 5 de noviembre de 2011

Las nostalgias del Tapatío.

Estando un día en las llanadas del Banat, cerquita de los Cárpatos y lejos de encontrarme el misterio de Drácula, le pensé más gracias al tal José, segundo de Habsburgo, y entre los tantum del estudio, comencé por ver en los encuentros con nuevas amistades, que después de un año de dar por bien conocidas a las ucranianas ellas no conocían el español y con ello caí en cuentas de que mucho me tenía olvidado mi idioma por andar pensando más en ellas durante lo que llevaba en Timisoara, porque desde entonces anduve con más atenciones a mi lengua, latiendo por ello en demasía con el centro del lenguaje, así pues fue que dediqué hartas horas bien presto para escuchar toda latitud del castellano, y por andar echando cabeza otro tiempo a la parte del alma humana donde reposan los acentos del lenguaje ·¡no me fui a creer y llegué a olvidar donde estaba yo!· mas hoy, me encontré con ella, pues estando cerquita de él y lejos de mi tierra, vine a dar cuenta de que existe el español Tapatío. Después de un año de vivir por estas tierras me volvi a cruzar con Lena, la bonita eslava, quien también percibió mis delirios, pues la jadecita mirada de sus ojos me recordó cuanto extrañaba yo a Guadalajara junto con las faldas de su isoglosa, la que se teje entre barrancas y fajas volcánicas, tapizada de chispeantes agaves, reposando entera en una laguna interminable, y para quien no sepa lo digo, ¡ ese es Jalisco! : allí la tierra parece que solita habla, pues así lo tienen por cierto los que mucho la describieron, los que escribiéndola así nomás, sólita como es, dieron honra y fama a la platica Mexicana, licuando frases asquilinosas que fueron germinando a los suelos de la patria, la que muchos tenemos por nuestra con todo y los vaivenes de sus dos océanos: pues allí hace no mucho que gorgoteamos en una lengua venida desde la vieja Castilla, la que pasó por Tenochtitlán y cosechándose más llegó a la nueva Galicia, hasta guisarse como una rica jericalla quemadita, que si por error fue, los haigas de Guadalajara mostraron más al académico haber, creando charros del euskera y virotes de un baguette, pespuntando a toda la nueva España con música y tecnología, como sólo pudo el mago del tequila con su alambique o como lo hace hoy Don Jesús Raygoza con la S.E.M, como está escrito por sus hombres en presagios, los de hoy y los de ayer.

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