viernes, 9 de diciembre de 2011

Los rostros de Callicles.

Se dice que hubo un tiempo en que los maestros daban por mejor sacar a sus alumnos a la luz del dialogo con tal de probar en ellos su maestría, con tal de que cualquier error propio cayera todo en castigo ajeno; a esos tiempos pertenece nuestro Callicles junto con los personajes contemporáneos que en similares calles y pericias todavía se les encuentra hoy; a él se le encuentra no como alumno de Gorgias mas sí como aprendiz de la misma técnica rutinaria de utilizar el habla para la adulación. Quienes todavía no lean éste presente dialogo de Platón o ya careciendo aún de la época en que un director de cinema que en junto con la visión del estado tenga por bien comprimir el conocimiento antiguo para la fácil digestión de la nueva sociedad, y por ello realizar una buena película de cada dialogo de nuestro griego, no sería cosa difícil para ningún actor y sus memorias, pues de esos calantes se les encontraría naturalmente por cualquier barrio del mundo, si en las naciones la economía se ejecutase conforme a la leyes físicas del universo; así tenga por bien informarse sobre lo que pasó entre Polo y Gorgias, que el uno arrancando joven a combatir en dialogos con Sócrates cedió por tierna pureza a su terquedad, enterese también que Gorgias comenzando en la plaza el espectáculo del dialogo cual mago o payaso de la palabra, fue terminando por conceder a Sócrates las mejores bromas en la platica y con ello otorgándole la estafeta de la razón, esto pasa en ese dialogo de Platón, y al fondo en algún rincón de la Ekklesia mientras ellos debaten, se alcanza a distinguir entre la mayoría a Callicles: los poros de su nariz brincotean, los ojos salen de sus órbitas, la sonrisa de tan finjida se cae y su voz trémula como tratando decir a muchos lo poco que soporta la escena, pintando el arranque de su carácter explosivo y falto de dirección, cual busca pies chino en año nuevo que bailotea de impaciencia para divertir a todos los niños de la plaza, cual cometa que sólo alumbra al tiempo que se apaga, habiendo anunciando las premoniciones luminosas de un sol con todos sus planetas, este es el carácter de Callicles, el cual se encuentra como ejemplo de un molde atemporal, pues por él y sus formas se sospecha ya denantes que el conjunto de almas humanas tiene formas limitadas para existir en ciertas frecuencias en las que resuenan cada individuo, indicando en figura y acción la naturaleza de su alma con su tono o color intrínseco, como si ello fuese percibido por un cierto sentido exterior, captando los tipos de carácter como lo haría un físico con las proyecciones en una cónica y concluyendo que dentro de ella las figuras son finitas porque su movimiento es ajeno e infinito a cualquier clasificación, así procedería el científico para probar que existe un número finito en los tipos de alma, mientras el actor al tener no creerse este cuento de la geometría sintetica, analizando las sonrisas y el acento de la voz, puede clasificar la figura del alma que pertenece a cada individuo, obteniendo resultados tan exactamente contables como existen formas geométricas regulares, y siendo el resultado de una revelación tan clara que se proceda a todos los métodos y hasta en la celosía de la religión encontraron los distraidos siete errores capitales, que son de dos tipos, en el primero están la pereza, la gula y la avaricia, siendo ellas inactivas, luego como la ira, la lujuria, la soberbia y la envidia requieren de una mayor actividad para ejecutarse, es fácil discernir que existen dos tipos de almas con formas varias, las unas que se ven permeadas en el vicio por la dejadía y las otras que se encuentran en la actividad de su mismo centro, mas no una es menos equivoca que la otra, sino que ambas almas al ser de la misma cualidades pertenecen al grado de una misma esfera, pues desde el lugar donde se juzga el ejecutar y el dejar de vicios, no existen grados para clasificar a un solo mal, o inclusive para juzgar a la virtud y a toda la esfera inimaginable del bien; antes tengo por más claro que el espíritu humano que anhela la salud, se coloca en el gozne mismo de su creación, y allí encontrando su humanidad percibe que se es ajeno a si mismo... se ve en todos los rostros reflejado y en ninguna se identifica e identificado a cada uno, palpándolos, escuchando sus formas y proyectando sus trayectoria - aquí me parece que éste lugar de donde se conciencian los moldes de las almas no es un lugar intermedio entre el vicio y la virtud- antes bien será que ahí no existe vicio ni virtud, como si el alma se encontrara en blanco, siendo capaz de percibir todos los colores sin ningún juicio propio que la sola naturaleza del color mismo, entonces allí en espacio-tiempo, el alma deja de serlo, y se concibe a sí misma como un espíritu que yace dentro de todas las formas y frecuencias de luz que permite el universo· ¡Sí... ese lugar existe!· y se encuentra en el quid de cada alma humana…solo es cuestión de educar el rostro del espíritu y conocer así que existe la antigua técnica del Ixtlamachiliztli y otras cuantas más.

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