El Ajolote Perdido.
Se encontró el pescador primero a la orilla del muelle gimoteando la caña, el hilo que llevó era desmedido, por que nunca supo diferenciar entre metros y pies, solo entró a aquella tienda pidiendo un hilo muy largo por que iba a cazar el Ajolote Perdido.
En segundo ya en el lago: se arrugó los pantalones para no mojarlos de suciedad y pasó las esperas de regla con caña en mano en el malecón del lago Izabal, luego de una arduo intento con la técnica del silencio sin ningún resultado, lanzó sus mejores boatos como para atraer la presa al anzuelo y todavía sin ver nada, por acto tercero, tomo valentía por tragos y se dispuso a subir en la totora para lanchear en lo desconocido del Izabal: en busca del Ajolote Perdido.
-¡Don Isidro! ¿Qué hace en las aguas tan de noche?
-Cazando mijo, cazando.
-Pero si los granos no se dan en el Izabal Don Isidro, además lleva ya la barca rechoncha de huachinango ¡apenas y entra usted, y todavía quiere pescar?... ¿O apoco usted es de los que buscan al Ajolote Perdido?
-¡Tu que sabes de eso Juanillo!, si yo a tu edad me paraba en los muelles, pero en los de Brujas, allá en tierras del Flandes y el Valón, donde hasta los tiburones eran de oro, en cambio mira tu , aquí parado como estaca en Izabal por diecisiete años, haciéndole hongos a la tierra con tus largos pies.
-Señor Isidro Cogumelo perdón por rezongar, pero le digo: no conoceré yo el atracadero de brujas del que me habla, ni a Don Flandes ni a su perro valón, ¡mas yo soy de Izabal , y ni piense que así va a encontrar aquel Ajolote, el Ajolote Perdido!… solo que se conforme con un rico caldo de huachinango, por que es lo único en lo que va a terminar!.
-Juanito tu que sabes, ¿no sabes por tu familia, que el valor y la constancia en el trabajo logran cosas imposibles?
-Pues cosas imposibles lograrán... pero es que el Ajolote está perdido, hace mucho que se escondió y nadie lo ha cazado, es mas, con decirle que fue en tiempos donde yo ni había nacido.
-¡Eres Naivo: diría un amigo!, ¿no te contó tu padre quien soy yo? , o solo conoces mi nombre por habladas, e ignoras toditos mis actos / niño, un nombre se hace con hechos no con palabras, ¡sigue memorizando los nombres de los hombres y le cortarás a tu memoria todo su habla.
- Perdone Don Isidro, pero le digo: si se quien es usted, usted fue el gran bejín de los tres lagos de America, desde el Titicaca pasó al Maracaibo y se plantó ya aquí en las orillas del Izabal, contigüito a nuestra choza, se que a usted se le nombra desde siempre y su fama es desde esos mismos tiempos / mas déjeme no más decirle: llevó diecisiete años viviendo en éste lar, acompañado por los cantos del Izabal y clavó todas las mañanas mis pies en su lodo como fiel flamenco a alas abiertas, por que no soy eludible a la vista de todos aquellos que llegan a éste lago y les doy la bienvenida a todos, intentó siempre hacer un dialogo con ellos, mas los pescadores llegan bien sobres a la caza, descargando sus muchas experiencias y sus más abundantes artificios, luego ejecutan sus técnicas hasta atiborrarse en la pesca, derrochando toda su energía en resarcir el gran hilo que se cargan para llegar hasta aquí, y como siempre, el Ajolote queda perdido.
-¡Ay Juanito!... de veras que no conoces a Don Isidro, yo si doy al pico, si no se hace con una técnica le intento con otra, si no atino a la primera me voy hasta la sexta, por que no me tiento al enmendar mis errores, actúo y reactúo para corregirlos todos y cada uno de ellos sin pedir permiso al ego, y no me rindo hasta que le pongo el punto final al blanco. ¡Acuérdate Juanillo, Don Isidro Cogumelo no sale de aquí con puro huachinango, yo vine por el Ajolote Perdido!
-¡Madres… don Isidro, don Isidro mire, por ahí va el plomizo, en las aguas: el Ajolote Perdido!
-¡Dónde, donde, donde?
-¡… pfff...pues ya ahora en la espera: se fue otra vez! , haber si viene otro lanchero y no resarce tanto el hilo, para que estemos más cerca y me deje platicar con él.
FIN
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